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La Copa Asobal, más reducida que la Copa del Rey, elitista en consecuencia, no reserva sitio al anfitrión. La gente del Octavio estará en los alrededores de la cancha, organizando. Aunque habrá sangre de su sangre en plena competición. En las filas del Naturhouse, Pedro Rodríguez; en las del Ademar, Diego Piñeiro. De diferentes cámadas académicas pero iguales en el talento emergente.Pedro echó a volar fuera del nido del Octavio hace un lustro. Cuenca fue su primer destino. Lleva dos campañas en el Naturhouse. Está fichado por el Atlético desde hace tiempo.  »Todavía es muy joven pero está cada vez más consolidado dentro de la Liga Asobal », analiza Quique Domínguez.  »En su día decidió marcharse de aquí a pesar de que se apostaba por él de forma seria. De la mano de Jota ha crecido tanto física como técnicamente. Es ahora mismo un jugador más hecho, más acabado, con mucho recorrido por delante ».El extremo, demarcación prolífica en la historia rojilla, no entra en discusiones sobre las razones de su camiseta de futbol mudanza. A Quique le está  »agradecido por sus enseñanzas », igual que a Jota, su actual maestro. Se fue  »tras meditarlo mucho junto a la familia y los amigos. Y ha salido bien ». Reconoce que  »estos dos años en el Naturhouse han sido los más importantes. Cuando me vaya, sentiré tristeza y a la vez ilusión ». Porque le espera el Atlético, un grande e igualmente su rival esta tarde.  »Les costó arrancar la temporada, pero ahora mismo se encuentran en su mejor momento », afirma de los colchoneros. Entiende Pedro que Naturhouse ya tiene premio seguro. Esta participación primera en la Copa Asobal,  »un hecho histórico, que nos ha costado mucho por la lesión de jugadores importantes » y es a la vez consecuencia lógica  »del trabajo de una directiva que está haciendo las cosas con mucha seriedad ». Pero no renuncia el segunda línea a descabalgar a su futura escuadra:  »Lucharemos ».Confiesa Pedro Rodríguez que le resultará especial jugar sobre el parqué del viejo Central bajo la atenta mirada de su gente. Y esto que está bien curtido a sus 22 años viajeros. Con más razón se emociona Diego Piñeiro, pivote del Ademar, a sus tiernos 18. Aceptó la oferta para enrolarse en el filial hace dos porque en León podía compaginar estudios (cursa administración de empresas) y balonmano, en el que se le pronostica un brillante futuro.  »Llevaba muchos años en nuestra base. No llegó a jugar en el primer equipo más que unos minutos testimoniales », lamenta Quique Domínguez sobre su prematura marcha.  »Tiene una proyeccción muy grande y muy buenas condiciones. Técnica y tácticamente es de mucho nivel. Hay que darle tiempo. Manolo Cadenas le está concediendo minutos y los está aprovechando. Seguramente camisetas fútbol baratas no contaba jugar en Asobal y Champions tan pronto pero se lo merece ».Piñeiro, más empleado en defensa al principio, comienza a alternar funciones con las ofensivas.  »A todo el mundo le gusta marcar goles, pero también me resulta bonito defender », asegura. Es consciente de cómo se le ha abierto la puerta de la primera plantilla de forma tan inmediata.  »La crisis que sufre el balonmano, aunque negativa, ha tenido un efecto positivo para mí », reconoce.  »No pensaba llegar tan pronto. Pero el club, al reducir su presupuesto, ha tirado de la cantera ».A Piñeiro le aguarda un adversario incluso más temible que el de su paisano Pedro.  »El Barcelona está en un gran momento », afirma. Le tocará pegarse con los atacantes más poderosos de la Liga si defiende o con los defensas más ásperos si ataca. Pero no le asusta el reto.  »Al contrario, me motiva ».

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